El mayor peligro para los humanos en las misiones de exploración del espacio profundo es la radiación. El blindaje pasivo avanzado contra la radiación es muy deseable para proteger a los astronautas que se aventuran más allá de la magnetosfera protectora de la Tierra.
En busca de escudos de radiación innovadores, la biotecnología es adecuada para la utilización de recursos in situ (ISRU), la autorregeneración y la adaptabilidad.
Algunos hongos prosperan en ambientes altamente irradiados en la Tierra, como el radio de contaminación de la planta de energía nuclear de Chernobyl. De manera análoga a la fotosíntesis, estos organismos parecen realizar radiosíntesis, utilizando radiación ionizante para generar energía química. La absorción de radiación se atribuyó a la pigmentación de melanina. Además, se plantea la hipótesis de que este fenómeno se traduce en propiedades de protección contra la radiación.
Aquí, se estudió durante 30 días a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) el crecimiento de Cladosporium sphaerospermum y su capacidad para reducir la radiación ionizante, de forma análoga a vivir en la superficie de Marte. En plena madurez, la irradiancia fue un 2,17±0,25 % menor en comparación con el control negativo bajo un césped de ≈ 1,7 mm de espesor del hongo radiotrófico Dimatius. Además, se observó una ventaja de crecimiento de ~21 % en el espacio, lo que confirma la tesis de que la radiación fúngica es extensible a la radiación espacial.
Protección contra la radiación autorreplicante para la exploración humana del espacio profundo: los hongos radiactivos podrían
Reducir la radiación ionizante en la Estación Espacial Internacional
graham k Shank, Xavier R. Gomes, Christoph Kern, Nils JH Averesh
hacer: https://doi.org/10.1101/2020.07.16.205534
https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2020.07.16.205534v1.full.pdf
Astronomía
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