Los científicos se centran en detectar la presencia de sulfuro de dimetilo (DMS) en su atmósfera.

El Telescopio Espacial James Webb (JWST), el telescopio más potente jamás lanzado, está a punto de lanzar una importante misión de observación en la búsqueda de vida extraterrestre.

Reportado por Los tiempos, El telescopio enfocará un planeta distante que orbita la estrella enana roja K2-18b, ubicada a 124 años luz de distancia.

K2-18b ha atraído la atención de los científicos por su potencial para salvar vidas. Se cree que es un mundo oceánico de 2,6 veces el tamaño de la Tierra.

El principal elemento que buscan los científicos es el sulfuro de dimetilo (DMS), un gas con propiedades atractivas. Según la NASA, en la Tierra, el TMS es «producido únicamente por la vida», principalmente por el fitoplancton marino.

La presencia de DMS en la atmósfera de K2-18b sería un hallazgo significativo, aunque el astrofísico principal del estudio, el Dr. Nikku Madhusuthan de Cambridge, advierte contra sacar conclusiones precipitadas. Los datos preliminares del JWST sugieren una alta probabilidad (más del 50%) de presencia de DMS y se requieren más análisis. El telescopio dedicará este viernes ocho horas de observación, seguidas de meses de procesamiento de datos para llegar a una respuesta definitiva.

La falta de un proceso natural, geológico o químico conocido para la formación de DMS en ausencia de vida aumenta el entusiasmo. Sin embargo, incluso si se confirma, la gran distancia del K2-18b presenta un obstáculo técnico. Viajando a la velocidad de la nave espacial Voyager (60.000 kilómetros por hora), la sonda tardará 2,2 millones de años en llegar al planeta.

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A pesar de la inmensa distancia, la capacidad del JWST para analizar la composición química de la atmósfera de un planeta mediante el análisis espectral de la luz de las estrellas que se filtra a través de sus nubes proporciona una nueva ventana a la posibilidad de que haya vida más allá de la Tierra. La misión tiene el potencial de responder a la antigua pregunta de si estamos realmente solos en el universo.

Las próximas observaciones tienen como objetivo aclarar la presencia de metano y dióxido de carbono en la atmósfera de K2-18b, resolviendo el «problema del metano faltante» que ha desconcertado a los científicos durante más de una década. A medida que continúa el trabajo teórico sobre fuentes no biológicas de gas, se esperan resultados concretos dentro de los próximos cuatro a seis meses.