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Archivo – En esta fotografía de archivo del 29 de septiembre de 2000, aparecen en una conferencia de prensa en la Ciudad de México. El martes 16 de marzo de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que Romero Deshchamps finalmente renunciaría como empleado de la petrolera estatal mexicana Bemex. (Foto AP / Ismail Rojas, archivo)

CIUDAD DE MÉXICO (AP) – El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el martes que el expresidente del sindicato de trabajadores petroleros de México finalmente renunciará como trabajador de la petrolera estatal Bemex.

La renuncia marca el final de las décadas de carrera de Carlos Romero Deschamps, considerado una de las figuras más poderosas y corruptas de México.

En octubre de 2019, Romero dimitió como presidente del sindicato de Deschamps, cargo que ocupa desde 1993.

López Obrador dijo que Romero Deschamps no había trabajado realmente desde que renunció al sindicato, sino que utilizó las vacaciones que había acumulado mientras trabajaba como dirigente sindical.

“Si bien esto es legal, sentimos que era inmoral seguir cobrando en el complejo petrolero estatal Romero Deschamps, que técnicamente ha estado en bancarrota durante algún tiempo.

Además de su función sindical, Romero Deshchamps, de 77 años, sirvió durante mucho tiempo en el Congreso para el antiguo Partido Revolucionario Institucional en el poder y, según los informes, desvió millones de fondos sindicales e institucionales a las campañas del partido en 2000. El estilo de vida lujoso de su familia era a menudo la causa de la corrupción.

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Esta semana, se dice que la empresa petrolera tropezó llegó a un acuerdo con la compañía eléctrica estatal para deshacerse de las acciones de fuel oil que no pueden ser liberadas por Bemex. Esta empresa tomará fueloil muy contaminante para quemar en las centrales eléctricas y Bemex devolverá gas natural que no se puede producir en cantidades suficientes.

El acuerdo agravaría los problemas de contaminación en las plantas de fabricación estatales. Pero López Obrador ha promulgado una nueva ley que requiere que la electricidad se compre primero en plantas de fabricación estatales, que a menudo funcionan con combustibles fósiles como carbón, fuel oil y diesel. Si hay alguna necesidad, la electricidad se obtendrá de plantas de combustible de gas natural renovables y privadas.

Esto ha atraído quejas de inversionistas, muchos de los cuales son extranjeros, alegando que viola el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá y las obligaciones de México de reducir las emisiones de carbono. También dicen que crea un monopolio gubernamental real, afecta la competencia y hace que los mexicanos compren electricidad sucia y cara.

López Obrador dijo que la ley tenía como objetivo proteger las plantas de combustibles fósiles propiedad del gobierno de lo que él llama competencia desleal de las plantas privadas de energía eólica, solar y de gas natural.