San Diego (Informe de límites) – Ibrahim Silla tenía sólo 17 años cuando llegó a Tijuana desde Guinea, país de África occidental, hace dos años.
Lo acogió un refugio de la YMCA para menores inmigrantes no acompañados.
«Es un alma vieja, pero su corazón está lleno de amor y es una persona muy generosa», dijo April Zaragoza, directora del refugio.
Zaragoza dijo que Cilla también demostró talento futbolístico.
«Un cazatalentos nos dijo: ‘Mantened un ojo en él. Es realmente bueno'», dijo.
Era tan bueno que llamó la atención de varios equipos profesionales en México.
Sin embargo, por ser un inmigrante sin la documentación adecuada, no pudo firmar y realizar su sueño de convertirse en futbolista profesional.
Cilla cumplió 18 años y abandonó el refugio antes de ser acogida por una familia en Tijuana.
Pronto hablaba español con fluidez y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados se involucró en su caso.
«Intentamos construir una red para apoyarlo», dijo Valeria Ruiz de la YMCA en Tijuana. Se comprometió y le consiguió permiso e iniciativa».
El club vio algo en Necaxa Sylla y lo fichó hace tres meses, enviándolo a la ciudad mexicana de Aguascalientes.
Un vídeo reciente producido por las Naciones Unidas muestra a Silla caminando por la ciudad charlando con un vendedor después de llenar un coco fresco con agua.
«No he tenido uno de estos desde que me fui de casa», dice Sayla en perfecto español.
En el vídeo deja claros sus objetivos.
«Mi sueño es jugar a nivel profesional», afirma.
Ahora, con 19 años, dice que quiere estudiar mientras juega al fútbol.
«Me estoy preparando para los exámenes de acceso a la universidad», dice
Nadie sabe si Sylla algún día hará realidad su sueño, pero por ahora está entrenando en el gran club con la esperanza de impresionar a sus entrenadores.
«Pronto me imaginé haciendo mi debut profesional».
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